martes, 14 de junio de 2011

Indignados - Generación perdida

Estoy realmente indignado.

Indignado de lo que hemos hecho -mejor dicho, de lo que los políticos han hecho- con la generación actual (para algunos generación Y) de los 20-30 años, esto es, nacidos en la década de los '80. Esa fabulosa década de los ´80 fue seguramente la más fructífera en ideas, talento y preparación de cuantas generaciones este país ha visto crecer; y son precisamente los hijos de los que protagonizaron esta "revolución" los que se indignan.

Quien quiera estar atento a las diferencias entre generaciones, les resultará fácil distinguir algunos atributos de esta generación:
- Aversión por la cultura del esfuerzo y del mérito.
- Escasamente preparados, con escaso bajage cultural, deficientes en idiomas ... pero manejan bien las tecnologías.
- Poco resistentes al fracaso.
- Exigen ampliación del Estado del Bienestar.
- Preferencia por desempeñar puestos de funcionariado antes que emprender.
- Viven a costa de sus padres.

Estas características vienen dadas principalmente a través de 3 factores:
1- Por un lado el pleno consentimiento familiar en hacer la vida fácil, origen a su vez, en el escaso tiempo que los progenitores han prodigado a sus hijos, derivado de la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, y del alto número de horas laborales que demanda una economía, la nuestra, escasamente competitiva.
2- Para mí la más importante: decidida política educativa de los partidos socialistas en hacer de la educación básica un lugar en el que los jóvenes se sientan "a gusto", lo cual implica, reducción de los niveles de exigencia, rebalanzamiento de poder entre profesorado-padres-alumnos en favor de estos dos últimos,  introducción de asignaturas "light" sospechosamente adoctrinadoras, desconexión enseñanza superior con empresas, etc.
3- Un ciclo económico expansivo muy largo. Asentado en las bases de una creciente globalización, irrupcion de tecnologías, estabilidad política (fin guerra fría) y crecimiento de los instrumentos financieros.

Lamentablemente, cuando el PP ha tenido oportunidad de cambiar las reglas, en la primera legislatura no tuvo mayoría suficiente para sacar adelante el buen proyecto de Calidad de la Enseñanza, y ya en su segunda, lo implantó en el último año de legislatura con la finalidad de lograr un consenso general (si es que son unos pardillos ...), consenso que se cargó Zapatero en las primeras semanas de su Gobierno.
No se atisban soluciones para esta generación, yo la doy por perdida, probalemente algunnos se irán asimilando a los anarquistas grupos anti-sistema, otros pasarán a engrosas las masas de lo "progre", los menos serán canalizados hacia la sociedad de forma provechosa; todos ellos protagonizarán ruido y manifestaciones varias; pero, visto lo visto, no creo que en su código genético estén los mimbres necesarios para hacerse la pregunta ¿qué puedo hacer yo por la sociedad? y no ¡qué debe la sociedad hacer por mí! Lo que más me apena de todo, es que no haya habido voces desde esta misma "generación Y" reivindicando otros valores distintos a la de los acampados. Sólo hay una cosa peor que una juventud dormida, y es una juventud uniforme.

Entonces, ¿qué? Entonces es hora de apostar por renovar el sistema educativo de forma urgente, de evitar que otras generaciones se hundan en el fango de lo inútil en un mundo cada vez más globalizado y por ende, más competitivo. Para ello se necesita reinstaurar el rigor en los colegios y universidades, atraer y pagar mejores profesores, despolitizar el ámbito educativo y sobretodo, tender caminos entre empresa y universidad.

Sin embargo, no veo al PP con la fuerza necesaria para reflotar la nave, por lo menos con Rajoy, que ya está haciendo del populismo su única bandera. Las razones de este populismo la encontramos en la oportunidad histórica que tienen de ampliar el amplio espectro político del Centro, gracias a un zapaterismo cada vez más escorado a la izquierda.

Atentamente, un miembro de la generación X

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